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Pequeños hábitos para estimular el habla

Educación

 

Llega el bebé al mundo y con él un sinfín de nuevos desafíos para afrontar. Entre todas las experiencias que una familia va a pasar acompañando a su hijo, estimular el habla podría calificarse como una de las más emocionantes. Después de mucho amor, enseñanza y perseverancia, se escucharán las primeras palabras y ya nada será igual. Un momento único e irrepetible.

 

 

El habla es una parte fundamental para el desarrollo de los niños, marca un antes y un después para toda su vida. ¿Cuál será su primera palabra? ¿Será mamá? ¿Será papá? Lo cierto es que todas esas preguntas se desmoronan al momento de escuchar esa vocecita tímida. Se trata de un gran logro y sin dudas tiene que ser festejado.

 

Los niños poseen una sola forma de comunicarse cuando salen de la guata. El llanto les sirve para canalizar sus molestias, su necesidad de comida o también de atención. Una vez superado esa etapa y con la aparición de lo que se llama popularmente sonrisa social, es tarea de los padres comenzar a generar las condiciones necesarias para que el niño comience a hablar.

Esta primera etapa de mucha estimulación es reconocible por el “agu, agu”. Generalmente los adultos empiezan a utilizar esa palabra para comenzar a relacionarse con sus hijos. Se busca conectar a través no solo de lo afectivo, sino también encontrar ocurrencias divertidas que puedan llamar la atención del bebé.

 

Los padres son los encargados de estimular ese incipiente lenguaje del bebé y no caben dudas de que son los principales responsables de ese objetivo tan importante para el desarrollo de la vida. Ellos conocen mejor que nadie a su bebé para convertirse en guías personalizados que serán capaces de poner sus primeras palabras en la boca y lograr que empiecen a pronunciarlas.

 

Antes de avanzar, es importante dejar en claro que el concepto de lenguaje es muy amplio, ya que no solo se trata de la comprensión de las palabras, su significado y connotación, sino también de la condición de expresión. Esto último le permitirá al niño poder comunicarse a través de gestos que se complementarán con las palabras.

 

El primer lenguaje del bebé es la expresión y esto se consigue a través de los balbuceos, sonrisas, llantos y otros sonidos. De esa manera se comunican en sus primeros tiempos y posteriormente van adquiriendo un lenguaje más fluido para terminar llegando al dominio de la comunicación verbal.


Si bien la etapa de estimulación del habla del bebé se desarrolla con mucha fuerza en los primeros meses de vida, esta enseñanza comienza desde el vientre. ¿Cuántas veces viste a madres, padres, hermanos, tíos y abuelos hablarle a la guata? Esa tierna escena es la primera conexión que tiene el bebé con su entorno y se convierte en los primeros pasos de la estimulación.

 

Desde que está en la guata, el bebé se comunica a través del cordón umbilical y al escuchar las dulces palabras de sus seres queridos reacciona con una patada de emoción. Es por esta razón que recomiendan hablarle al bebé desde que está en la guata y de forma temprana comenzar a conectar con él.
 

Ni bien nace, el guagua inicia su proceso de lenguaje con el balbuceo y continúa su camino desde los siete a los nueves meses de vida. En ese momento todo se transforma ya que el niño comienza a emitir sus primeros fonemas y se encamina hacia sus primeras palabras.

 

Generalmente, y vale la pena hacer esta aclaración porque el aprendizaje y desarrollo de cada bebé es único, de los 12 a 15 meses ya puede empezar a llamar algo por su nombre y hasta es capaz de aprender dos palabras por semana. A los 18 meses va a iniciar la etapa más “explosiva” en el aprendizaje de vocabulario, todo lo que escucha lo va a repetir y a incorporar. Podría decirse que en esta etapa tu bebé se convierte en una verdadera esponja.

 

Siguiendo con el proceso de aprendizaje, es importante señalar que desde los 18 a 24 meses de nacido, el bebé toma un ritmo de aprendizaje que le permite incorporar hasta diez palabras por día. Y desde los 2 años en adelante pondrá en práctica todo lo aprendido recientemente y va a comenzar construir frases. En tanto, cuando tenga 3 años los va a reconocer entre 300 a 500 palabras. 

 

Teniendo en cuenta que se trata de un aprendizaje que se relaciona directamente con la escucha, la convivencia y el intercambio con los padres, es más que importante tener conciencia de ese rol trascendental que va a marcar para siempre la vida de los niños.

 

Para acompañar a tu bebé de la mejor manera en esta etapa de desarrollo, a continuación te dejamos algunas sugerencias y hábitos para estimular el habla.

 

Usar muchas descripciones para nombrar objetos

Para comenzar a fortalecer su vocabulario, se aconseja reiterar los nombres de los objetos con los cuáles el niño interactúa: “Puerta”, “taza”, “auto”, “pelota”, “cuchara”. El segundo estadío de este hábito es comenzar a sumar adjetivos para describir a esos objetos. “La pelota grande”, “el auto rojo” o “el oso marrón”. Todo esto debe ir acompañado por muecas y una gran variedad de gestos con los que se pueda llegar a comunicar diferentes tipos de sentimientos como alegría, tristeza, entre otros.

 

Utilizar dibujos para lograr asociación

A los padres se les recomienda el uso de tarjetas con dibujos y nombres para que el niño pueda visualizar objetos cotidianos. Hay muchos juegos que son sumamente útiles para divertir y enseñar a la vez. El conocimiento de un objeto mediante un dibujo permite acelerar el proceso de aprendizaje teniendo como apoyatura a una buena ilustración que también contribuirá a acercar al niño de manera paulatina a la lectura.

 

Los cuentos, los mejores aliados para los padres

Leerles cuentos de manera frecuente no solo es importante para la construcción de lenguaje mediante las ilustraciones, sino que también genera un espacio de atención en el que el niño no hace otra cosa más que recibir estímulos permanentes. Además, permite generar un vínculo robusto entre padres e hijos.

 

Hablar claro

Un punto más que importante que hay que saber a la hora de emprender este proceso de estimulación del lenguaje, es que el bebé necesita que le hablen de forma clara. Los diminutivos o los modismos no son aconsejables. Ese dialecto cargado de ternura y amor se tiene que dejar de lado para no atentar contra el aprendizaje. “¡Hola mi amorcito, mi coshita. ¿Dónde está el perro? Acá ta!” tiene que ser reemplazado por: “Hola hijo, ¿Dónde está el perro? Ahí está!”.

 

Juegos creativos para llamar la atención

El aprendizaje tiene que ir de la mano de lo lúdico y lo creativo para que sea más efectivo. Un juego más que recomendado es el conocido “Veo veo”. En ese intercambio en el que el mayor le pregunta por un objeto que el niño no ve y que posteriormente se transforma en una búsqueda, hay muchos estímulos que son útiles. El niño emite lenguaje, identifica un objeto, le pone nombre y asocia una figura con esa definición que ya no olvidará.

 

Jugar con un teléfono para simular conversaciones

El simple juego de simular una conversación telefónica va a ayudar a que el niño pueda expresarse de manera espontánea, pensando rápido, uniendo palabras y dándole hasta sentido a eso que quiere comunicar. Además, con este juego se puede introducir nuevas palabras a la incipiente construcción del vocabulario.

 

Cantar para enseñar, cantar para aprender

Las canciones son otras de esas técnicas predilectas para estimular el habla del bebé. Cuando los padres cantan le dan muchas palabras para aprender en poco tiempo, pero mediante el uso de un ritmo y una melodía determinada. Esto va a facilitar el aprendizaje y el reconocimiento de las palabras de manera mucho más dinámica. Armando versos los chicos pueden aprender los colores, los animales, los números o las letras, entre muchas otras cosas.

 

Mientras más expresión haya, más entienden 

En esta primera etapa de estimulación del habla, es fundamental aumentar la expresividad al momento de hablarles, leerles o cantarles. Se recomienda acompañar las palabras con gestos haciendo exageraciones en la entonación. A esto hay que sumarle caras y voces expresivas que puedan dejar también una pista del sentimiento que conlleva eso que se está comunicando. 

 

Utilizar onomatopeyas

En esta idea de ser muy expresivos para poder mejorar el entendimiento del bebé, utilizar onomatopeyas es una práctica súper recomendable. A partir de la imitación de ruidos de animales (“Mmm” hace la vaca) u objetos (“Brrr” hace el auto), el niño puede identificar y asociar rápidamente sonidos con palabras. 

 

Mucho juego y poco celular

En los tiempos que corren se trata tal vez del desafío más importante para todos los padres: no caer en la tentación de darle el celular a los chicos para que se entretengan y no se pongan molestos porque están aburridos. El uso de la pantalla es contraproducente en muchos aspectos, pero fundamentalmente en el aprendizaje del lenguaje. Es por eso que se recomienda jugar mucho con el bebé para poder llenarlo de estímulos y herramientas.

 

Ante cualquier duda, consulta con un médico.