El posparto o puerperio es el período que comienza inmediatamente después del nacimiento del bebé y se caracteriza por numerosos cambios físicos y psicológicos. A pesar de su gran impacto en el bienestar de la madre y su hijo, se habla muy poco de este periodo y no siempre se le da toda la importancia que merece.
En este artículo te explicamos en qué consiste el posparto, cuánto dura, qué síntomas son normales en esta etapa y cuáles no. Además, te compartimos algunos consejos para que puedas tener una recuperación saludable y segura.
El posparto: un periodo de transición
El parto es, sin duda, una experiencia única para cada mujer. Después de varios meses de espera, tu cuerpo se prepara para el nacimiento y se desencadenan una serie de procesos que facilitan el parto, provocando grandes cambios fisiológicos y hormonales.
Estos cambios explican en gran medida esa “montaña rusa de emociones” que puedes experimentar tras el nacimiento de tu guagua. Alegría, tristeza, agotamiento y desánimo pueden formar parte de este abanico emocional y físico. Hay estudios señalan que la mayoría de las mujeres los experimentan, al menos en algún momento del posparto. ¡No te asustes! Es normal y hasta esperable en este periodo de transición, en el que tú y tu recién nacido comienzan a adaptarse el uno al otro y a sus nuevas vidas.
Sin embargo, siempre es recomendable conocer de qué se trata el posparto para sentirte preparada y tranquila.
¿Cuánto tiempo dura el posparto?
El posparto comienza con el nacimiento del recién nacido y su término no está tan claramente delimitado. En términos fisiológicos, se estima que dura entre 6 y 8 semanas. Sin embargo, las actuales directrices del Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos recomiendan ampliarlo hasta las 12 semanas, con el objetivo de mejorar y extender los cuidados de salud de la madre y su hijo en todo este periodo.
En el año 2018, además, este organismo acogió oficialmente el término "cuarto trimestre" como una forma de recalcar que este periodo es tan importante como los otros trimestres del embarazo para el bienestar de la madre y su bebé.
Esta nueva mirada del posparto se enfoca en promover que los profesionales de la salud redoblen sus esfuerzos en permitir que todas las mujeres se recuperen satisfactoriamente del parto y puedan cuidar a sus bebés. A nivel práctico, esto implica preocuparse de brindar una atención integral a la mujer, a través de servicios de orientación y apoyo adaptados a sus necesidades individuales.
¿Qué esperar en el posparto?
Síntomas físicos
Contracciones uterinas
Inmediatamente después del parto, el útero, que ha crecido varias veces su tamaño, inicia un intenso proceso para retornar a su talla original, mediante contracciones que pueden producirte molestias.
También llamadas “entuertos”, las contracciones uterinas se gatillan especialmente durante el amamantamiento, ya que este estímulo induce a tu cuerpo a producir dos hormonas: la prolactina, que promueve el establecimiento de la lactancia y la oxitocina, que llega hasta el útero y provoca su contracción.
Además de ser normales, las contracciones uterinas son beneficiosas para una rápida recuperación de la zona abdominal y van disminuyendo con el paso de los días. Lo más común es que unos 45 días después del parto, el útero haya vuelto a su tamaño habitual. Si las molestias son muy intensas, coméntalo con tu médico para que pueda verificar que este proceso se esté desarrollando de manera normal.
Loquios
Es un sangrado, parecido a la menstruación, que sirve para eliminar restos de placenta y de cualquier tejido que haya quedado en el útero después del parto. Puede durar desde unos pocos días hasta tres semanas y va cambiando de color, desde rojo a rojo oscuro, café y luego líquido seroso. Si hay mal olor o el sangrado es muy abundante, consulta a tu médico.
Recuperación de los músculos pélvicos
El suelo pélvico es el conjunto de estructuras musculares y ligamentos que dan soporte a todos los órganos ubicados en esa zona (vejiga, útero y recto, entre otros). Durante el embarazo y especialmente durante el parto, tus músculos pélvicos se relajan, para permitir el paso del bebé. Volver a su forma inicial puede requerir semanas o incluso meses.
En algunos casos, podría ser necesario tomar medidas adicionales para favorecer la recuperación de los músculos pélvicos. Si tienes preguntas al respecto, no dudes en comentárselo a tu médico, pues existen tratamientos, ejercicios específicos y dispositivos especiales que ayudan a la rehabilitación de la musculatura pélvica y a prevenir consecuencias a mediano o largo plazo.
Recuperación de la pared abdominal
Como consecuencia de la distensión abdominal que provoca el embarazo, los músculos de esta zona también se relajan. Algunas mujeres presentan diástasis, que es la separación de los músculos rectos abdominales. La recuperación de esta zona se produce, en mayor medida, en las primeras ocho semanas después del parto, pero si persiste en forma notoria, es importante que consultes con tu médico, ya que la diástasis abdominal es un factor de riesgo para otros problemas de salud, como el dolor de espalda, el dolor pélvico, el prolapso, la incontinencia o los problemas digestivos.
Congestión mamaria
Por lo general, la lactancia se instala por completo después de las primeras 48 horas, cuando el calostro da paso a la leche que tomará tu guagua en los próximos meses de vida.
Es normal sentir los pechos un poco congestionados al principio. Beber suficiente agua y amamantar a libre demanda o cada tres horas como mínimo, puede ayudarte a aliviar estos síntomas. También puede ser de ayuda extraerte leche y usar compresas frías o tibias, según tu preferencia.
Si percibes una zona enrojecida en las mamas y experimentas mucho dolor, debes informar a tu médico, pues podría derivar en una mastitis o infección de las mamas.
Cansancio
El trabajo de parto supone un gran esfuerzo para tu organismo, de modo que el cansancio es la respuesta natural. A ello debemos sumar que, en las primeras semanas de vida, la demanda del bebé es muy alta y las horas de sueño son escasas e interrumpidas, por lo que el agotamiento físico y mental son frecuentes y absolutamente comprensibles.
A medida que tu guagua va regulando sus rutinas de sueño y alimentación, probablemente puedas descansar durante espacios más prolongados.
Si el sueño y la fatiga son extremadamente altos, no dudes en conversarlo con tu médico para que pueda determinar si es algo normal y pasajero o si se requiere tomar medidas adicionales para cuidar de tu salud. Si no quedas satisfecha con su valoración, siempre puedes buscar una segunda opinión.
Síntomas psicológicos
Tal como te señalamos, es normal que en ciertos momentos del posparto te sientas agobiada y con vaivenes emocionales. Para atenuar el impacto negativo de estas emociones, es fundamental que te rodees de las personas que te quieren y atreverte a pedir ayuda. Conversar con otras mujeres que estén pasando por lo mismo o buscar espacios de diálogo donde puedas expresar tus emociones sin temor a ser juzgada también podría ayudarte.
En este periodo, también podrían aparecer emociones como temor a ser una “mala mamá” o a ser insuficiente, temor a perder la intimidad sexual con tu pareja, tendencia al aislamiento social y experimentar una sensación de agobio por sentirte la única responsable del bebé.
Sin embargo, si sientes demasiada tristeza, excesivo desinterés en tu bebé o emociones que te impiden atenderlo, debes consultar con un especialista, pues podrían ser signos de una depresión posparto.
¿Cómo es la sexualidad durante el posparto?
El aparato reproductivo femenino vuelve paulatinamente a su estado previo entre 30 y 40 días después del parto. A partir de entonces, y desde el ámbito netamente físico, ya es posible retomar la vida sexual. Sin embargo, si aún tienes molestias físicas, estás demasiado cansada o no te sientes preparada emocionalmente, es importante respetar tus propios tiempos, sin culpas ni imposiciones.
Aunque cada mujer es única, es posible que tu deseo sexual esté disminuido en este periodo, como consecuencia de todos los cambios que ya hemos mencionado. Es importante que puedas conversarlo con tu pareja para que entienda cómo es este proceso y no se sienta rechazado o herido.
Abrazarse, tomarse de la mano y explorar formas alternativas de conectarse emocional y físicamente son algunas expresiones de afecto que pueden fomentar la sensación de cercanía e intimidad, así como también tener presente que este es un periodo de transición.
Recomendaciones para un posparto saludable
Para el desarrollo de un posparto saludable, es importante que tengas en cuenta las siguientes recomendaciones.
Atención S.O.S.
Si presentas fiebre de más de 38 grados, aumento de la presión arterial, dolor intenso de cabeza, mareos, vista nublada, dificultad para respirar o dolor y endurecimiento de los pechos acude de inmediato al médico.
Medidas de higiene
Tan pronto estés en condiciones de levantarte de la cama puedes iniciar las duchas diarias, con jabón suave, neutro e hipoalergénico. El baño de tina está desaconsejado durante el primer mes.
Si tienes cicatriz de cesárea o episiotomía, puedes limpiar la herida dos veces al día con agua y jabón, dejando que el agua escurra desde adelante hacia atrás, para evitar contaminación de la zona. Seca con una toalla suave desechable, presionando delicadamente.
Después de ir al baño, procura secarte con delicadeza y limpiarte siempre de delante hacia atrás, nunca en sentido contrario.
Cambia las compresas o toallas higiénicas con frecuencia, evita el uso de tampones y privilegia la ropa interior transpirable o de algodón en este periodo.
Mantente bien informada
Infórmate y comparte con las personas que te rodean la relevancia de este periodo en el bienestar tuyo y el de tu guagua, cuáles son los síntomas y señales esperables durante el posparto y cuándo hay que tomar medidas adicionales para prevenir consecuencias negativas a mediano plazo.
Pide apoyo familiar
Contar con apoyo es fundamental, tanto en el ámbito práctico (colaborar el cuidado del bebé) como en el emocional (recibir atención y palabras de aliento). Si no hay familiares que puedan ayudarte, conversa con amigas o evalúa qué otras personas podrían apoyarte. Evita enfrentarte a este periodo sola.
Dormir o descansar al mismo tiempo que el bebé
Las hormonas que se producen durante el amamantamiento también pueden inducir el sueño, así que estos son momentos ideales para que descanses.
Aliméntate adecuadamente
Este no es el momento para hacer dietas estrictas, sino que es el momento para consumir alimentos que te proporcionen energía y vitaminas, en especial si amamantas. La lactancia exclusiva supone un alto gasto calórico de entre 450 y 500 calorías diarias, por lo que es vital que te alimentes de forma equilibrada. Además, procura beber suficiente líquido y consumir fibra para evitar el estreñimiento.
Limita las visitas
Puede que agradezcas recibir visitas de familiares y de amigos, pero si estás muy cansada, no dudes en privilegiar tu descanso, regulando o limitando las visitas, si es necesario. Los demás deberán entender.
Solicita apoyo para la lactancia
Si tienes dificultades para amamantar a tu guagua, no dudes en solicitar apoyo, ya sea en tu centro de salud como en asociaciones de apoyo a la lactancia, donde además podrás encontrarte con otras mujeres que están en el mismo proceso.
Adapta tus expectativas
La publicidad, las redes sociales y, a veces, unas expectativas propias demasiado altas pueden contribuir a idealizar los primeros días de vida del bebé. Para evitarlo, acepta que no todo va a salir a la perfección, que pueden presentarse inconvenientes, que no estás obligada a ser la “supermujer” o una “madre perfecta” y, por supuesto, aprende a priorizar tareas y a delegar, cuando sea posible, para no sobre exigirte.
Bríndate espacios de ocio
Quizás en los primeros días no sea posible, pero a medida que tu guagua vaya creciendo y regulando sus ritmos, procura darte espacios para distraerte y cambiar de actividad, ya sea leyendo, viendo una película, con un breve paseo, ejercicios suaves o conversando con una amiga.
Cuídate y escúchate
Recuerda que tu bienestar es fundamental para la salud y el desarrollo de tu bebé y para el equilibrio de tu familia. El autocuidado es imprescindible.
No te juzgues por lo que sientes, es parte del proceso de adaptación, pero si el malestar emocional se prolonga o es muy intenso, no dudes en pedir ayuda profesional. Ignorar estos sentimientos no hará que desaparezcan, sino que, por el contrario, podrían agravarlos. Como has podido observar, el posparto es un periodo crucial en tu bienestar y en el de tu bebé, que merece la misma atención y cuidados que el embarazo. Una experiencia posnatal positiva sienta las bases para que tu salud y la de tu guagua sean mejores a corto y largo plazo. Por ello, es importante que conozcas cómo se desarrolla esta etapa y sus principales cuidados.
FAQs
¿Qué es el posparto en una mujer?
El posparto o puerperio es el período que comienza inmediatamente después del nacimiento del bebé y se caracteriza por numerosos cambios físicos y psicológicos.
¿Cuánto dura el posparto de una mujer?
El posparto comienza con el nacimiento del recién nacido y su término no está tan claramente delimitado. En términos fisiológicos, se estima que dura entre 6 y 8 semanas. Sin embargo, actualmente se recomienda ampliarlo hasta las 12 semanas, con el objetivo de mejorar y extender los cuidados de salud de la madre y su hijo en todo este periodo.
¿Cómo empieza el posparto?
El posparto comienza inmediatamente después del parto, cuando la placenta es expulsada. Este periodo implica la recuperación física y emocional de la madre, cambios hormonales y el inicio de la lactancia.
Enlaces a fuentes de información y recursos relevantes
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