El aprendizaje de la lectura nos muestra un mundo desconocido hasta el momento. Si ya ha empezado con este proceso, te proponemos 7 formas de ayudarlo.
La escritura constituye los cimientos y ofrece herramientas que nos ayudan acercarnos al conocimiento, por lo que forma una parte importante del desarrollo del pensamiento y del estímulo de la inteligencia.
Antes de plantearnos cualquier actividad para estimular el aprendizaje de la lectoescritura, debemos plantearnos si realmente está preparado para ello. Una de las pistas principales que tenemos los padres es el interés del propio niño. No debemos buscar que el peque lea antes de estar preparado, ya que este proceso depende mayoritariamente del desarrollo neurológico del niño, y dicho desarrollo no obedece a las leyes de intencionalidad. O en otras palabras, nuestro niño no va a madurar cómo y cuándo nosotros decidamos.
Es importante destacar que saber traducir el código a palabras o, en caso contrario, saber codificar los sonidos en sus correspondientes grafías, no indica que el pequeño sepa leer o escribir. Es cierto que es un paso de gigante en la vida de los niños saber decir en voz alta lo que están leyendo, pero un niño no será un lector competente hasta que no sea capaz de entender aquello que lee.
¿Cómo estimular el aprendizaje de la lectura?
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Primordial. No fuerces el aprendizaje. Los niños aprenden a través de sus propios intereses, forzar al niño a aprender ciertos saberes que no le interesan puede causar el efecto contrario al deseado: aburrimiento y desagrado.
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Señala y lee todo lo que tengas a mano, muestra que las letras son parte de nuestra vida. Los carteles de las calles, rótulos, membretes de las cartas, etc. son buenos aliados.
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Lee con él. hazlo en voz alta, clara y pausada, muestra que disfrutas. Hazte con todo tipo de textos relacionados con sus intereses, no es necesario que leamos un cuento cada noche, podemos leer una carta, una noticia,etc. Sigue con el dedo la lectura, de esta forma el niño podrá asociar el sonido con su grafía y confirmar o descartar sus suposiciones. Puedes hacerte el despistado: ¡Vaya! me quedé en la palabra casa y ya no la veo! ¿La ves tú?
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No aburras. No repitas una y otra vez la misma lectura, a no ser que el niño te la pida y pon el tono adecuado de voz en las narraciones, mantén silencios de suspense, haz cualquier cosa que mantengan el interés en el texto.
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Rétales a perder el miedo. la escritura espontánea es uno de los indicadores principales de que el niño está aprendiendo. Seguramente al principio no entenderemos aquello que nos quiera escribir, pero aún así debemos preguntar qué ha escrito.
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Crea interés, puedes hacerlo en casi cada acción diaria. Sírvete de las cosas que más le gustan, como instrucciones, explicaciones, etc.
Juega. existen montones de juegos con las letras o las palabras, ya sean juegos verbales como el “veo,veo” o juegos con materiales físicos.
Cualquier duda por favor consulta con tu médico.