Dejando los Pañales

11 Pasos para ayudarlo a ir al baño

Consejos

 

Una de las etapas del desarrollo de los niños que los padres suelen esperar con ansiedad es el momento de quitarles el pañal. Después de haber cambiado cerca de dos mil pañales al año (calcula unos 6 al día), seguramente estás deseando que tu pequeño empiece a ir al baño solito. Pero pocos padres están preparados para el tiempo que toma en realidad ese proceso.

Algunos niños aprenden en pocos días, pero muchos otros tardan varios meses. En general, cuanto más pequeño es el niño al empezar el entrenamiento, más tarda en aprender.

Recuerda también que cada niño es diferente y tiene sus propios tiempos, aunque los hijos que vienen después suelen aprender con mayor rapidez que los primogénitos, y los varoncitos suelen tardar más que las niñas.

Piensa también en otros factores aparte del nivel de desarrollo y preparación de tu hijo. Si en este momento tu pequeño está pasando por un gran cambio en su vida, como ir a una nueva escuela o guardería, o la llegada de un hermanito, es muy probable que el proceso de retirada del pañal se vuelva más difícil, y lo ideal sería postergarlo hasta que la situación se estabilice.

Tampoco tiene sentido empezar a enseñar a tu niño en un momento en que tú o quién lo cuida no puede dedicarle el tiempo, la paciencia y el buen humor necesarios. Si hay un nuevo hermanito en casa, o sufres náuseas debido a un nuevo embarazo, este seguramente no es el momento de quitarle el pañal a tu hijo.

Quitar el pañal requiere meses de entrenamiento y reforzamiento diario. Lo mejor es esperar un par de semanas, o meses, hasta que las cosas estén más tranquilas. Si la presión para enseñarle a ir al baño viene de parte de tu mamá u otro familiar con buenas intenciones, explícales con delicadeza los motivos por los que piensas que ni tú ni tu niño están listos aún, y diles que prefieres esperar para poder hacerlo con tranquilidad.

Igualmente, si estás fuera de tu entorno habitual, de vacaciones o pasando una temporada en casa de un familiar, lo mejor es esperar. Los inevitables accidentes pueden causar tensiones en casa ajena y tu hijo se sentirá menos cómodo que en su propio hogar.

1. Identifica las señales de que tu niño está listo

Algunas preguntas que puedes hacerte para ver si está listo son:

Trata de no meter presión al tema, apresurarlo cuando no está listo aún será contraproducente y frustrante para ti y para él. 

2. Compra el equipo necesario

Invierte en una bacinica o en un asiento especial que se acopla al inodoro de tu baño. Esto le quita los nervios al niño de enfrentarse con el baño grande.

3. Crea una rutina para tu niño

Haz que tu niño se siente completamente vestido en su bacinica una vez al día, después de desayunar, antes de bañarse o cuando normalmente suele hacer popó o pipí. Así se irá acostumbrando al orinal y empezará a aceptarlo como parte de su rutina diaria. 

4. Dile adiós al pañal

Una vez que ya esté plenamente acostumbrado a sentarse vestido en su orinal, el siguiente paso es lograr que lo haga sin el pañal. 

5. Muéstrale cómo se hace

Los niños aprenden imitando a los adultos, por lo tanto la manera más natural de que aprendan a usar el inodoro es viéndote hacerlo. 

6. Explícale el proceso

Enséñale a tu hijo la conexión entre el popó y el inodoro. La próxima vez que ensucie el pañal, llévalo a su bacinica, siéntalo y luego vacía el pañal en su bacinica por debajo de él. Esto le ayudará a asociar el acto de sentarse en el orinal y hacer popó. 

7. Motívalo a ser independiente

Si necesita ayuda para subir y bajar sus pantalones o ropa interior, asegúrate que sepa que te lo puede pedir a ti, y que tú lo llevarás al baño cuando quiera. 

8. Compra ropa interior de entrenamiento

Es posible que te sirva de ayuda la ropa interior infantil con una protección extra absorbente, o pañales desechables que se suben y bajan como la ropa interior, ya que permiten que tu hijo se los quite y se los ponga él solito. 

9. Acepta sus “accidentes” con buen humor

No debes enojarte con tu niño ni castigarlo; recuerda que hasta hace muy poquito tiempo tu hijo aún no había desarrollado completamente sus músculos, y por lo tanto no tenía el control necesario para lograr contener la orina o las deposiciones. 

10. Comienza el entrenamiento nocturno

A esta edad, su organismo no ha madurado lo suficiente para lograr despertarlo siempre que necesite hacer pipí. De hecho, es completamente normal que un niño moje la cama ocasionalmente incluso en los primeros años escolares. 

11. Celébralo, ¡lo has conseguido!

 

Cualquier duda consulta a tu médico.